¡Doña Fausta Meneses! Fue una mujer humilde en su manera de expresarse y con una riqueza cultural que cualquiera, tuve la dicha de escuchar sus coplas, como ninguna diseñaba su propio calzado a la medida y de múltiples colores “alpargatas” ambientalmente sostenibles, pareciera que Ella estaba a la vanguardia de los grandes diseñadores de hoy en día.
La recuerdo por el camino de Ritanga y era día de dominguear con su pañolón de salir, sombrero de medio lado y sus infaltables alpargatas con grades cordones de color negro; parecía foto de postal era la pinta para ir a misa; así fue como le enseñaron.
En su rostro las líneas de expresión marcadas por una vida dura, del trabajo recio en el campo, de la sabiduría que se forja con el paso del tiempo; tambien del dolor que aqueja a nuestros viejos sumidos en el olvido, en contraste su sonrisa genuina apostaba resilientemente a la esperanza.
Volviendo al recuerdo de su calzado, el grupo económico Bavaria realiza un concurso que denomino: en "busca del orgullo perdido" y Doña Fausta sale del anonimato, Ella en su timidez y espontaneidad nos represento como Gucamayeros, en el rescate de las tradiciones ancestrales, él de ella elaborar artesanalmente ¡las alpargatas! Ocupamos el tercer puesto. Doña Fausta con su sabiduría nos exalto haciéndonos más orgullosos del terruño.
Sus hijos, nietos y familiares han de sentirse orgullosos de nuestra Dama, guardiana de uno de tantos saberes ancestrales, que en manos de personas como ella han resistido el paso de los años.
Autor: Luz Marina Carreño Niño
Comentarios
Publicar un comentario